Hace mucho que no aparezco por aquí.
Entre el último post publicado y el día de hoy han pasado muchas
cosas, unas mejores y otras peores, pero todas ayudan a crecer. Y qué
mejor día que hoy para hacer un pequeño balance de estos 40 años
de vida. Sólo puedo decir que a pesar de los sinsabores, de las
pérdidas de los seres queridos, entre ellos el más querido, de los
corazones rotos y de las mariposas en el estómago, de los múltiples
suspensos y del aprobado de Derecho Administrativo, de las tardes de
café y las noches de copas, de las asambleas de estudiantes y los
amigos de BAL y LAPI, de litronas en la Pila del Pato y helados de
Raya, de jugar al fútbol con pelota de baloncesto y jugarnos la vida
en el Paseo de Colón, de autobuses en la Avenida de la Constitución
y pipas en la “Plazoleta”, de tardes en el Baratillo y días en
el Trastámara, de suicidas de la Giralda y escondite en los
Alcázares, de suspensos en inglés y viajes por Europa, después de
una boda y siete años de ser padre, después de hacer miles de
kilómetros entre Hinojos y Sevilla, de escuchar el canto de los
grillos y los gallos y de la botellona, de noches de feria y fiestas
y de días largos, de treinta años de sufrimiento y de tocar la
gloria en Enhidoven... Sólo después de todo eso, puedo decir que
la vida me trató bien, que sólo puedo estar agradecido de todos
aquellos que amé y amo, y a los que algún día quisieron y
estuvieron a mi lado para vivir estos 40 años. GRACIAS
Entre el cielo y el suelo
Blog personal de Salva Talavera.
jueves, 3 de noviembre de 2016
viernes, 31 de julio de 2015
Mañana
Supongo que lo correcto sería
empezar por un lejano enero de 2007, o
quizás como en la novela del genial Gabo
“Crónica de una muerte anunciada”, por un muy presente 31 de julio de 2015.
Entre estas dos fechas ha
transcurrido un periodo vital y central en mi vida, quizás también en la de
muchos y muchas de las que puedan leer este post, porque durante estos años
tomé las dos decisiones más importantes: la primera unirme para siempre a la
mujer que amo, Cristina; y la segunda y más trascendente, la de ser padre. Pero
si estos años trajeron felicidad también trajeron la tristeza, la de ver como
la persona que más te ha querido se marchaba para siempre.
Cuando comenzaba 2007 España se
encontraba en la mejor época económica que había conocido, los españoles y
españolas vivían “por encima de sus posibilidades” como si no hubiera un mañana
o como si la fiesta no se fuera a terminar nunca, así al igual que otros muchos
decidimos comprar una vivienda con su correspondiente hipoteca. Lo del precio
de la vivienda por aquellos años era de locura y el Gobierno de entonces poco
podía hacer para poner freno a una burbuja inmobiliaria y a las ansias
especulativas de una población poco instruida en los negocios y que veían como
el precio de su vivienda cada día era mayor y querían pegar el “pelotazo” de su vida.
Pero sin saberse muy bien las
causas, algunos hablan de que un simple resfriado en América (USA) se convirtió
en una gripe peor que la del tipo “A” en
Europa, el viejo continente entraba en la crisis económica más dura conocida
(con excepción del periodo de guerras) y como toda enfermedad, depende del
estado de salud previa del enfermo, España junto con otros países del sur e
Irlanda le tocaría llevarse la peor parte, a algunos de éstos la gripe empieza
a convertirse en neumonía crónica. Así de la noche a la mañana las bolsas
empezaron a caer en picado, el precio de la vivienda se desplomaba, los bancos
no sólo no podían frenar la enfermedad sino que eran causantes del agravamiento
de la misma, mientras que los políticos (algunos) miraban hacia otro lado y
metían la mano en la caja.
Para salir de aquella situación, nuestros
gobernantes no encontraron mejor solución que cargar sobre las espaldas de los
trabajadores la pesada carga de una crisis insoportable, así fueron muchos los
que vieron perder sus puestos de trabajo después de muchos años, otros tuvieron
que emigrar lejos de sus casas para poder continuar con sus vidas y la mayoría
vieron recortados sus sueldos y derechos. Y de aquellos polvos, estos lodos por
los que yo transito en el día de hoy.
También durante estos años he
conocido a compañeros y compañeras increíbles, tanto dentro de mi empresa como
fuera de ella, compañeros que se han convertido en amigos para siempre de otros
me quedaré con su trabajo y con su buen hacer, de todos ellos aprendí algo y
que me llevo en mi mochila, petate que me acompaña en las distintas etapas que
conforman este camino de vida.
Hoy cuando una puerta se cierra
para siempre, comienzan mis vacaciones, lo que la vida me tenga deparado a
partir de septiembre quién lo sabe, ahora mismo por mi cabeza revolotean ideas
de emprendimiento e ideas para seguir construyendo un mundo mejor. Ahora que esta
puerta se cierra puedo decir que la cierro sin rencores y con el ánimo de mirar
al futuro con esperanza, “ligero de equipaje” y siendo alguien mucho mejor del
que llegó.
Suerte a todos.
martes, 23 de junio de 2015
Enredados en banderas
Cuando el 6 de diciembre de 1978
los españoles y las españolas aprueban la
Constitución, lo hacen con la clara intención de dejar atrás la etapa más negra
y cruel de España, para ello se hace preciso que una gran parte del pueblo
español renuncie a su legítima aspiración de establecer como modelo
de estado la república, sustituyendo este modelo por el novedoso de “monarquía
parlamentaria”, claramente diferente del modelo de “monarquía liberal” que
recogía la Constitución de 1876 anterior a la Constitución Republicana de 1931.
Así el pueblo español, quiso
desprenderse de ropajes anteriores, con el claro ánimo de abrazar lo nuevo como
única posibilidad de construir un futuro en paz y libertad.
Para ello decidió en su artículo
4 definir como símbolo de la nación española que “la bandera de España está
formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la
amarilla de doble anchura que cada una de las rojas”, colores que desde finales del S.XVIII viene siendo de uso común por el Estado Español, salvo por
el periodo Republicano comprendido entre 1931 y 1939, aunque el color morado
era utilizado en ciertas organizaciones republicanas desde principios del S.XX con
la pérdida de fuerza de la monarquía. Desgraciadamente con el golpe de estado
de 1936 la introducción del color morado
en 1931 sirvió para que los golpistas se apropiaran de la que había sido la
bandera de España hasta 1931 en contraposición con el Estado legalmente constituido
republicano.
La salida el pasado domingo del
Secretario General del PSOE a un escenario con una gran bandera de España a su
espalda ha sido fuertemente contestada por los sectores más republicanos de su (mi)
partido, sector en el que personalmente me encuentro, y que viene reivindicado
a través del uso de la “Tricolor” en sus actos de la necesidad de recuperar un
modelo de estado republicano, basado en la igualdad entre hombres y mujeres, y
que por lo tanto choca frontalmente con el mantenimiento de cualquier modelo monárquico,
además el uso de la bandera republicana también está siendo usado para la
reivindicación de una verdadera Memoria Histórica, donde se recuperen e
identifiquen los cuerpos de los compatriotas asesinados y enterrados en fosas
comunes, carreteras y cunetas repartidos por toda España, además de que
aquellos causantes de tanto dolor sean despojados de sus “reconocimientos”
públicos y que la ciudadanía no tenga más de ellos que el de haber sido unos
seres despreciables e ignominiosos.
Pero ¿es compatible el uso de
ambas banderas por aquellos que tenemos alma republicana y nos sentimos tan
español como cualquiera? Personalmente entiendo que sí, que nada impide llevar
con orgullo la actual bandera de España como símbolo de una nación que ha
sabido construir una sociedad en libertad, más igualitaria y más justa (aunque
todavía quedan muchos aspectos que mejorar para conseguir esa igualdad y justicia
plena) durante estos más de 35 años de democracia y por el contario reclamar
que mediante un referéndum el pueblo español pueda decidir entre mantener el
actual modelo de monarquía parlamentaria o por el de una República entre
iguales, para esto último el uso de la tricolor republicana es una perfecta
aliada para hacer llegar nuestras ideas de republicanismo, laicidad y
federalismo al conjunto de los españoles y españolas.
Esperemos que al menos el gesto
del Secretario General del PSOE sirva para recuperar un símbolo que es de todos
y todas las españolas con independencia de su ideología política.
lunes, 15 de junio de 2015
Cuatro años por delante
Después de más de 80 días, Andalucía
ya tiene la Presidenta del gobierno que habían decido allá por el mes de marzo,
pero que por diversos motivos no ha podido jurar su cargo hasta este pasado
domingo.
También el sábado se
constituyeron todos los ayuntamientos de Andalucía y España, pocos son los
alcaldes y alcaldesas que cuentan con mayorías absolutas en sus respectivos
plenos, que hagan de su mandato un camino cómodo a la hora de poner en práctica
las políticas por los que resultaron elegidos. Por el contrario, la mayoría
gobernará en precario, bien gracias a un acuerdo de gobierno con otras fuerzas
políticas, bien mediante un acuerdo de investidura o bien en minoría sin acuerdo previo de
investidura. Así muchas alcaldesas y alcaldes tendrán que sacar lo mejor de sí
y de su propio grupo de concejales y concejalas para poder mediante la palabra,
el diálogo y el consenso sacar a sus respectivos municipios de la actual
situación de crisis que viven sus vecinos y vecinas, para estos últimos, a
diferencia de aquellos que gozan de mayoría absoluta, la oposición será muy
dura y por lo tanto exigente, cualquier mínimo error supondrá una crisis en el
gobierno local, cualquier decisión, por pequeña que parezca, puede dar lugar a
un cambio en la alcaldía para lo que restase de mandato.
Muy curioso y merecedor de un análisis
aparte es el resultado obtenido en las 4 grandes ciudades de España (Madrid, Barcelona,
Valencia y Sevilla), donde el partido que venía gobernando con una amplia
mayoría ha visto como ha perdido todo el capital político y que ahora por mor
de la ley electoral y sus pactos ha
hecho que dichas capitales sean gobernadas por cuatro partidos políticos
distintos, los cuatro del ámbito de la izquierda, aunque la fórmula ganadora en
Madrid y Barcelona no es propiamente la tradicional de partido político sino
una novedosa de confluencia ciudadana, esperemos que el “experimento” dé sus frutos, aunque su éxito
se basa más que en la fórmula empleada,
en las candidatas propuestas. Dos mujeres de la vida civil con una
reconocida y reconocible trayectoria que ha facilitado que ambas ahora sean las
regidoras de las dos principales ciudades del país.
En Valencia los frutos lo ha
recogido un joven partido de ámbito regional, Compromís, gracias a una dura oposición a la gestión de
Rita Barberá durante los últimos años y que ha sabido capitalizar gran parte de
la indignación ciudadana, aunque para desalojar al PP del ayuntamiento ha
tenido que contar con el apoyo del PSOE y de Valencia en Común.
Por último Sevilla es recuperada
por el PSOE tras cuatro años de un gobierno con una mayoría absolutísima del PP,
que precisamente por contar con ese amplio número de concejales (20) olvidó el
trabajo de la calle que tan buenos resultados le depararon en 2011. Por el
contrario, Espadas, el actual alcalde socialista, ha hecho una oposición leal,
constructiva, alejada de las grandes confrontaciones del “y tú más” tan
acostumbrados en este país, asumiendo desde primera hora el lugar que le habían
dado al PSOE los ciudadanos hace cuatro años. Ha sabido demostrar que con
talante y talento se puede volver a gobernar Sevilla. Ahora ese talento y muy
especialmente ese talante tendrá que ponerlo al servicio de la ciudad, pues no
goza de un gobierno fuerte y sólo con mucha capacidad podrá llevar la nave del
ayuntamiento sevillano a buen puerto.
Mucha suerte a todos y a todas.
martes, 26 de mayo de 2015
¡¡¡Hagan juego!!!
Pasaron las elecciones
municipales y en la mayoría de las comunidades autónomas. Los
ciudadanos han manifestado sus preferencias, ahora es el tiempo de los partidos
políticos, los ciudadanos son los que reparten las cartas y los políticos
quienes juegan la partida.
Las cartas están puestas en el
tapete, y ahora serán los más habilidosos los que saquen partida a su mano, así
algunos con una mala mano de inicio pueden conseguir grandes resultados por ser
una carta clave para un logro mayor, otros por el contrario pese a haber
resultado favorecido en el reparto de naipes tendrán difícil hacer valer sus cartas.
Dicho todo lo anterior y teniendo
en cuenta que nos encontramos frente a unos resultados distintos en cada
pueblo, ciudad o región de España se antoja a priori que se pueda llegar a un
pacto a nivel general y de aplicación en todo el territorio entre las
direcciones de las distintas fuerzas políticas de ámbito estatal. Así, lo
sensato sería entrar en el análisis local y particular y ver sobre el terreno
las distintas opciones de conformar gobiernos estables y que desde esa
estabilidad se configure un proyecto común en beneficio de la comunidad que
debe gobernar.
La experiencia demuestra que los
pactos entre distintas fuerzas políticas no dan buenos resultados a todos los
partidos integrantes de los mismos, produciendo en la mayoría de las ocasiones
la “fagocitación” del pequeño a favor
del grande; pero en otras, como el caso catalán, el resultado es justamente al
contrario, es la fuerza emergente aquella que pasados los años de gobierno es quien relega a la
inicialmente mayoritaria a una posición más retrasada.
Por lo tanto sería deseable que
los pactos se cocinasen a fuego lento, como lo hacían nuestras abuelas, sin
prisas y con los ingredientes necesarios y de calidad que mejoren el resultado
del guiso a nivel general. Sólo así las
fuerzas políticas pactantes saldrán airosas tras cuatro años de dura gestión.
Las fórmulas pasadas no son
válidas, los partidos que formen coaliciones de gobierno, deberán moverse como
si de un solo animal se tratase aunque tuvieran dos o tres cabezas, para ello
no se me ocurre mejor fórmula que pactar sobre la base de un documento programático
claro y conocido por la ciudadanía, donde vaya más allá del interés de quitar a
uno para poner a otro; así como que los equipos de gobierno que se formen tanto
en concejalías como en consejerías estén compuestos por personas pertenecientes
a las distintas fuerzas políticas pactantes, sé que esto último puede resultar
complicado pero sólo desde el esfuerzo por entenderse y desde el trabajo en
equipo los resultados finales pueden ser satisfactorio. Repetir, bajo mi punto
de vista, fórmulas fracasadas sólo conlleva a medio y largo plazo la pérdida de
la confianza de los electores sobre algunos de los integrantes del gobierno.
miércoles, 6 de mayo de 2015
Se abre un tiempo nuevo (Tercera Parte)
“La música y la letra me gustan”,
“Le doy las gracias por haber incorporado nuestras exigencias”, estas fueron
dos de las frases que se pudieron oír ayer en el Parlamento de Andalucía en la
Segunda Sesión del Debate de
Investidura. La primera pronunciada por Teresa Rodríguez, portavoz del grupo de
Podemos, y la segunda por Juan Marín, portavoz del grupo de Ciudadanos.
Cualquier persona con un mínimo
de sensatez después de escuchar a estos dos portavoces podría pensar que la
candidata a presidenta por el PSOE, Susana Díaz, está dispuesta a gobernar de
una forma nueva, quizás más fruto de la nueva situación que de una voluntad
sincera, pero fuera como fuese obligada a gobernar con la mano tendida a todos
los grupos del Parlamento.
La ciudadanía ha venido opinando,
y que la actual configuración del Congreso de los Diputados le da la razón, que
no es positivo por el gobierno de un país, comunidad autónoma o municipio las
mayorías absolutas y que prefieren la necesidad de que la fuerza más votada
llegue a acuerdos puntuales con otras fuerzas o bien un pacto de “perdedores” pero
con un programa de gobierno común.
Así las cosas carece de toda
lógica política, que los perdedores impidan la constitución de un gobierno y
obliguen a la ciudadanía a una vuelta a la urnas apenas unos meses después. Porque
¿qué resultado esperan obtener los unos y los otros? Sólo hay dos opciones: o
castigar al partido que ganó ampliamente la primera vez o castigar a aquellos
que han impedido la constitución del gobierno ¿qué creen que pasaría la final?
Lo más lógico es pensar que castigarán severamente a aquellos que han impedido
el gobierno ¿por qué? La respuesta es sencilla, los que votaron a favor del
partido que salió victorioso lo volverán a hacer y lo harán “cabreados” por lo
tanto el grado de movilización de estos votantes será mucho mayor, en segundo
lugar muchos y muchas se sumarán al caballo ganador (siempre hay votantes de
este perfil), por el contrario aquellos que votaron impidiendo la constitución
de un gobierno en Andalucía, verán como su voto en aquella ocasión sirvió de
poco y por lo tanto su movilización descenderá algún punto y por otro lado se
pudiera dar la paradoja que el reparto de los votantes de las otras fuerzas
políticas o bien se repartiese en otras proporciones o bien fueran a otras
fuerzas políticas que no habían alcanzado representación en las primeras
elecciones, beneficiando en todo caso al partido que ya ganó la primera vez.
Están claras las posturas de PP e IU, ambos instalados en el “no”, pero que se
podrían llevar la amarga sorpresa en esas segundas votaciones que el primero
perdiera muchísimos votos a favor de la fuerza emergente, Ciudadanos, y el otro
que perdiera el grupo propio en el Parlamento sin que necesariamente eso fuera
acompañado de una subida importante de Podemos.
Pero los cuatro partidos tienen
miedo de que su abstención, se entienda como un apoyo al PSOE, y tal decisión
les restase posibilidades en las próximas elecciones del 24 de mayo, cuando es precisamente lo contrario lo que ocurrirá,
es decir aquellos que nieguen el gobierno del PSOE en Andalucía, se tendrán que
enfrentar a la siguiente disyuntiva: ¿A
quién voto? Aquí también parece claro que el votante ante la duda siempre
optará por el conocido como “voto útil” en un caso, reforzando al partido
mayoritario en el ala izquierda, el PSOE, ante el miedo a una victoria de la
derecha; mientras que el votante conservador muy probablemente, no olvidemos
que ahora sólo se votó en Andalucía, deseoso de hacer pagar al PP los casos de
corrupción y de las medidas antisociales aplicadas, finalmente se decante por una
fuerza política “más amable” como Ciudadanos.
Así las cosas, ¿qué hacer? Yo si
fuese responsable de las fuerzas políticas y ahora que tanto se habla de “tacticismos”
electorales, haría lo siguiente: si fuera responsable del PSOE: no haría nada,
ya en el debate de investidura ha demostrado su voluntad de diálogo y de mano
tendida a las otras fuerza, así esperaría la decisión de los otros como fruta
madura a sabiendas que cualquier decisión de los otros me beneficiaría; si lo
fuera del PP: seguiría votando en contra, si tuviese la certeza de que el PSOE
en algún momento consigue formar gobierno y por lo tanto no hay que volver a
repetir las elecciones; si lo fuera de Podemos: optaría por la abstención en la
segunda vuelta, toda vez que el PSOE ha aceptado algunas de las condiciones y
busco una centralidad política que sería difícil de mantener en el caso de
seguir apostando por el “no”, no obstante en el caso de que se llegara a
repetir las elecciones tampoco me preocuparía mucho pues seguramente podría
arañar algunos de los escaños de IU; si lo fuese de Ciudadanos: también optaría
por la abstención en la segunda vuelta, puesto que al igual que con Podemos el
PSOE ha asumido gran parte de sus condiciones, también al igual que a Podemos
la repetición de las elecciones podría beneficiarle en perjuicio del PP, pero
esta decisión muy probablemente le perjudicaría en sus apoyos provenientes del
IBEX; por último si lo fuera de IU: tengo claro que la mejor opción es la
abstención, permitiendo el gobierno de los socialistas, pues de la repetición
de unas elecciones muy probablemente sólo lograría la irrelevancia política en
Andalucía, así como también perjudicaría a los interés de IU a nivel estatal.
Así están las cosas y así las
veo. Sigan jugando a la política, mientras la vida pasa por sus ventanas.
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