Hace mucho que no aparezco por aquí.
Entre el último post publicado y el día de hoy han pasado muchas
cosas, unas mejores y otras peores, pero todas ayudan a crecer. Y qué
mejor día que hoy para hacer un pequeño balance de estos 40 años
de vida. Sólo puedo decir que a pesar de los sinsabores, de las
pérdidas de los seres queridos, entre ellos el más querido, de los
corazones rotos y de las mariposas en el estómago, de los múltiples
suspensos y del aprobado de Derecho Administrativo, de las tardes de
café y las noches de copas, de las asambleas de estudiantes y los
amigos de BAL y LAPI, de litronas en la Pila del Pato y helados de
Raya, de jugar al fútbol con pelota de baloncesto y jugarnos la vida
en el Paseo de Colón, de autobuses en la Avenida de la Constitución
y pipas en la “Plazoleta”, de tardes en el Baratillo y días en
el Trastámara, de suicidas de la Giralda y escondite en los
Alcázares, de suspensos en inglés y viajes por Europa, después de
una boda y siete años de ser padre, después de hacer miles de
kilómetros entre Hinojos y Sevilla, de escuchar el canto de los
grillos y los gallos y de la botellona, de noches de feria y fiestas
y de días largos, de treinta años de sufrimiento y de tocar la
gloria en Enhidoven... Sólo después de todo eso, puedo decir que
la vida me trató bien, que sólo puedo estar agradecido de todos
aquellos que amé y amo, y a los que algún día quisieron y
estuvieron a mi lado para vivir estos 40 años. GRACIAS
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