Remontar cuatro puntos, en una
única jornada de golf, teniendo que ganar 8 partidos de los 12 que se juegan no
es que sea difícil sino que se convierte en una tarea titánica, más propia de
héroes que de meros mortales. Todo ello teniendo enfrente a 12 de los mejores
jugadores del mundo y a 39.000 aficionados que animaban a sus fieros jugadores
norteamericanos.
Pero el día de ayer, amaneció,
sin ganas de convertirse en un día intrascendente, más bien todo lo contrario
quería pasar a la Historia del Deporte, como el día señalado en el que los
sueños se cumplen, un día para demostrar que ni en el deporte ni en la vida hay
nada imposible, si de verdad se confía en las capacidades propias y te abstraes
de todo cuanto sucede a nuestro alrededor.
El equipo europeo, en esta Rayder
partía con desventaja, pero supo jugar sus cartas y le salió bien, por el
contrario los jugadores de USA al partir como máximos favoritos y frente a su
público, en un inmejorable escenario, tenían toda la presión sobre su juego, y
esa presión les pudo.
El deporte a veces se comporta
como un espejo de la vida, y sus gestas nos deben de servir de aliento, para
poder alcanzar nuestros sueños y nuestras metas. No hay que dejar de luchar por
lo que verdaderamente queremos, no debemos dejarnos desanimar por muchos
impedimentos y problemas que nos encontremos en nuestro camino, la superación
de tales obstáculos harán que nuestra convicción por llegar a la meta fijada
sea más decidida, para finalmente conseguir el éxito, ese éxito que no necesariamente
debe traducirse en una victoria concreta sino en el camino de haber puesto todo
lo que estaba de nuestra parte para conseguirla, en la vida al igual que en el
deporte sólo fracasa aquel que se rinde.
Europa, esa amalgama de intereses,
cuando se muestra unida es un claro ejemplo de superación tanto personal como
colectiva, los europeos si somos capaces de trabajar juntos, como equipo, si
somos capaces de crear una auténtica red solidaria entre los distintos
territorios que componen el Viejo Continente, seremos capaces de salir de la
actual situación económica y política. Pero para ello tenemos que poner sobre
la mesa nuestras mejores capacidades y dejar fuera del tablero de juego
nuestras propias mezquindades, sabedores que el éxito de nuestra región y de
nuestro pueblo pasa necesariamente por seguir unidos.
Nuestros jugadores de la Rayder
Cup, con su capitán Jose María Olazábal, han dando un claro ejemplo de
superación y de unidad, ahora es el momento de que los todos los ciudadanos de
Europa luchemos por la consecución del éxito de una Europa más unida, más
solidaria, más justa y más libre.

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