El próximo 25 de mayo los
europeos estamos llamados a las urnas, hay elecciones al Parlamento Europeo. Las
encuestas hablan que el ganador de los comicios será “la abstención”, gracias a
que millones de ciudadanos y ciudadanas del viejo continente se quedarán en sus
casas, principalmente fruto de la desesperación de haber perdido la fe en una
clase política que defienda los intereses de la mayoría sin dejar a un lado a
los que necesitan el apoyo de lo público para que sus condiciones de vida sean
las mejores posibles.
Por otro lado, los europeos, o
muchos de ellos están gestando un sentimiento antieuropeo por cuestiones que
nada tienen que ver con lo que Europa o mejor dicho, con lo que esta Europa tiene
y debe representar. Afortunadamente, con sus luces y sus sombras, Europa es el
espacio político donde sus ciudadanos gozan de más derechos y libertades,
siempre existirán (o existiremos) los que exijan un plus a esta Europa, una Europa
más democrática, más participativa y más homogénea, donde no existan territorios
con más de un 30% de paro o donde tampoco haya grandes diferencias salariales
para un mismo trabajo, donde las prestaciones mínimas sanitarias estén
garantizadas y se pueda disfrutar de una educación pública y gratuita de
calidad desde la infancia hasta la etapa superior.
Hace falta construir la Europa de
los ciudadanos y ciudadanas, durante todos estos años de camino juntos, las
políticas europeas se han centrado en construir una Europa competitiva en lo
económico en un mundo globalizado, donde Europa representa, en su conjunto, la
primera potencia económica del mundo, superando a
los Estados Unidos. Según los
datos del FMI
para 2011,
el PIB (nominal) de la Unión Europea es de
15,65 billones de dólares (el estadounidense es de 15,29 billones) y que goza de el Estado del Bienestar más
desarrollado, lo que nos hace ser prepotentes con respecto a otros territorios.
Europa se enfrenta a su gran reto,
estamos en el momento decisivo, o bien para seguir construyendo unos Estados
Unidos de Europa o bien para volver a nuestras miserias de países pequeños, en
la falsa creencia que gobernar lo pequeño es mejor, cuando quizás lo que se
quiere decir es que es más fácil, muchos de nuestros políticos pueden no estar
a la altura de las circunstancias y no tener las capacidades que el reto de la
construcción de la Unión necesita, pero una cosa no quita la otra. La
ciudadanía europea no se puede permitir ni un paso a tras ni un parón en la
construcción del gran espacio de libertad que Europa representa.
El próximo domingo 25 de mayo,
las urnas se deberían de llenar de votos más que nunca, por primera vez los
partidos políticos con ideologías semejantes presentan sus candidatos a la Comisión,
es un primer paso, para que pronto los ciudadanos puedan elegir a un Presidente
o Presidenta de Europa, con el poder y la legitimidad suficiente para poder
hacer una política que mire a los ciudadanos y no a los países o a los interés económicos.
Pero para poder seguir construyendo una Europa como nos gustaría a muchos y
muchas es necesario que el próximo 25 de mayo acudamos a las urnas.
El 25 de mayo no te quedes en
casa y vota.
“El mayor castigo para quienes no
se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se
interesan.” Arnold J. Toynbee
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